Montesquieu

"Y se le llama Paz, a ese esfuerzo de todos contra todos..."


jueves, 18 de agosto de 2011

desolada

Me gustaria saber que es lo que haces, que es lo que piensas, como vives, que bebes, que comes, como ves la luz al iniciar el dia. Me gustaria saber tantas cosas de las cuales no tengo derecho.
Alguna vez me dijeron que esperara y en verdad que espere por mucho tiempo, pero el destino trajo para mi algo que es moralmente imposible.
Es ya la segunda vez que ocurre, la primera fue experiencia, la segunda fue la mejor de las tonterias.

jueves, 28 de octubre de 2010

Sueño 31 de Enero 2010

Después de recorrer numerosos desiertos y haber pasado distintas grandes ciudades, ahora se enfrenta a esta ciudad en cuyos cabales no hay igualdad ni existe la sociedad de clase baja.
Para el representante de la ciudad Cava, solo existen los suyos, los poderosos, sus juguetes a entrenar, los destazadores monódicos, los azotes para la plebe.
En la ciudad Cava no hay pobreza, porque los están matando

sábado, 31 de julio de 2010

Cuatro somos Dos.

Cuatro somos dos
El amor… no puedo retenerlo
Porque es como si detuviera el tiempo,
Y el tiempo relativo es diverso,
Es complejo, es mi alma, por eso amo.

El amor existe porque se vive.
Se disfruta entre dos, entre todos,
Sin importar el sexo, el sexo es diverso
Y por eso es hermoso.

El amor se transmite por besos,
Necesidad maravillosa del hombre,
Como comida que deja insatisfecho…
No, es aún más:
El amor no es comida, es alimento.

Los besos provocan abismos,
Abismos sin salidas, de oscuridad y soledad.
Hermosa la soledad cuando se sabe manejar,
Cuando la paz interior se encuentra con el alma,
Cuando el amor es hacia uno mismo.

Oh mi soledad, mi vida, mi tristeza, mi miedo,
Miedo amargo que me arroja al mundo de los perversos,
Que incita a morir de amor,
De amor por uno mismo,
Amor del mismo sexo.

Cállame con esa acusadora sonrisa,
Intenta separarme de este, tu cuerpo
Que se ha transformado en uno solo,
En uno y ya.

Libérame de tu visión blasfema
Que me impide besar a esta mujer hermosa.
Destroza ya estas cuerdas,
Que detienen el canto de mis manos
De esto que retiene el humo en mi boca.

Porque quiero vivir el amor,
Hacer el amor,
Besar al amor
Y en alcohol conservarlo,
Porque el amor es amargo, pero así lo tomo.



F.E.J.J

viernes, 30 de julio de 2010

Woody Allen... La vida y sus dualidades

El hombre a través de los siglos ha levantado su mano y apuntando con el dedo hacia arriba. ¿Pero cuando dejan de hacerlo? ¿Cuándo apuntan hacia sí mismos? Aun en estos tiempos –siglo XXI- no se deja a un lado el tema de la cristiandad, o en general, la religión; sin embargo, abordan el tema con menos importancia entre los jóvenes o incluso, la sociedad. No dudo que en cierta etapa del hombre se formule preguntas relacionadas con su existencia, pero tampoco se puede aferrar a esas preguntas por el resto de sus días. Es por eso, que el hombre se acopla a una sociedad que le convenga, es decir, en donde el beneficio sea mayor.
Con frecuencia las preguntas surgen de los mismos hechos de la realidad que los rodea. El problema del existencialismo radica en la inversión que hace el hombre con la búsqueda de su interior, esas cuestiones que el hombre del siglo XX busca con tanta excitación. Inevitablemente surgen catástrofes bastante relevantes para con su propio yo. Es decir, en la búsqueda del por que de su existencia, tiende a ser una locura de moda, en este aspecto, surge la droga como recurso para filtrarse en si mismo. Los alucinógenos además de estropear la mente humana, elevan el ritmo cardiaco, disminuyendo la capacidad de los cinco sentidos, provocando así alteraciones visuales y auditivas. Al hombre le da la sensación de “elevarse por los aires y tocar su alma” hacen un recorrido filosófico enfocándose en un solo tema. El hombre pierde su origen divino, lo vincula con las cosas que consume y sustituye las creencias comunes, a lo que él cree.
Desde una perspectiva simbólica, en la obra de Maurice Ravel “Bolero” con duración de diecisiete minutos, se puede apreciar la variación de ritmos y del tiempo, además de una sola modulación. Para varios músicos lo importante es la primera nota que se aplicará a la melodía, nota que llevará la sincronía y el seguimiento a las otras. Lo mismo sucede con Maurice Ravel, solo que él aplica la simbología en su melodía: comienza con la nota Do, quien interpreta lo divino; seguido del tono Sol, quien simboliza al hombre; posteriormente el tono Re, que señala a lo divino siendo estas, las notas tónicas o las notas dominantes.
Así como Ravel compone su melodía, las vanguardias van de la mano con el siglo, ya que es una época en donde los <> (expresionismo, fauvismo, cubismo, futurismo, dadaísmo, realismo…) cobran sentido y equilibran las inquietudes del hombre. Aunque, de cierta manera, las vanguardias son provocadas por gente innovadora, suelen durar determinado tiempo, relativamente corto. Esto se debe a que el hombre, a falta de encontrar utilidad en el arte de la historia, se vuelve inconforme con lo que tiene, crea arte relacionado con lo que acontece en su interior. Los vanguardistas, a pesar de retomar el arte antiguo, crean estandartes originales con la novedad de su propio yo. Crean propuesta tras propuesta y cada vez el producto ataca a la idea anterior.
Cada artista del siglo XX lucha contra la cultura y los ideales utópicos de la sociedad, dándose cuanta así, de su propia situación. Digamos pues, que acometer hacia el otro es una forma eficaz para abordar el interior del hombre, abriendo lo ojos para los demás y para sí mismo. Los artistas tratan de romper las normas morales llevando al hombre en un estado de libertad individual. El artista y hombre experimenta a través de sus pensamientos filosóficos llevando a la práctica sus propias propuestas. Así pues, mientras busca las respuestas a sus preguntas, evade sus responsabilidades cotidianas y un tanto morales, por lo que en muchas ocasiones, son exiliados de un grupo social al que pertenecían, refugiándose en otros.
El hombre sustituye las corrientes anteriores por innovaciones en el lenguaje, la escritura y la personificación de la obra. Por lo general, el artista vanguardista se define por un solo género, al contrario de Picasso, quien por la experiencia misma, lo vuelve un vanguardista variable en género. Esto se debe a sus constantes cambios de vida, cada periodo de su existencia, lo plasma en diferentes texturas, dando nombres a estas etapas, tales como: periodo rosa, época azul, entre otras. El periodo rosa surge desde que Picasso se recupera de la pérdida de su amigo – se había enamorado- cambia sus colores a cálidos, suaves. Dibuja personas desnudas, pinta paisajes de circo, muestra personajes que para los ojos del espectador son graciosos, sin embargo, fuera del espectáculo son personas que, al igual que los demás, están inconformes con su situación. Picasso nos muestra su preocupación por el mundo y el por el hombre, nos muestra la conciencia que adquieren los personajes al pertenecer a una sociedad determinada. Más allá del rostro pintado, hay sentimientos encontrados entre ellos, entre las personas que lo rodean.
Hay hombres que se muestran como tal y otros que ocultan su verdad. Hay hombres que se descubren en su realidad y otros que huyen de ella. El miedo que les produce a las personas al conocer su realidad, es por no querer aceptar las condiciones en que viven, por no descubrir quienes son. Federico García Lorca, un poeta de la generación del 27, hace un recordatorio a Góngora en su poema “Gacela de la huida” donde recalca al hombre contrariado por su razón y sus sentimientos. En este poema habla del amor y de la muerte (temas representativos de la época). Cuando hace mención del agua, se refiere a la inmensidad del mundo, a la vida y la vitalidad del ser humano. Cuando menciona al caballo, se refiere a la muerte o también, al erotismo. Habla de ser mortal, de la fragilidad del hombre, de sus deseos y sus por qué de su presencia. Lleva los problemas psicológicos a un plano existencial sublime, llegando así, al goce máximo de la existencia.
Cuando el hombre logra “conocerse”, va en busca de ese algo que le atrae, busca una nueva identidad que refleje su propio ser. Busca en su pasado cultural y lo asimila con lo que él cree ser y que, sin embargo, no es. Este problema sobre la búsqueda de una nueva identidad, se ve en la realidad mexicana de esa época, siglo XX, donde los muralistas recorren las ambigüedades de la vida tomando como referencia a los hombres de este país. Tanto Siqueiros (1911-1973) como Diego rivera, no dejaron atrás el crecimiento demográfico que México estaba sufriendo, así como también la transformación del hombre campesino a obrero de la ciudad; vieron más allá del territorio y se adentraron en los campos de educación, en los personajes históricos entre otros. Se impulsó el movimiento revolucionario en los murales promoviendo un arte popular. Claro que, no podían ser expuestos con tanta facilidad, fue Vasconcelos quien promovió como parte de la cultura, el muralismo.
Al mismo tiempo, el muralismo impulsa el conocimiento entre el pueblo mexicano, ya que, de cierta manera, entre ellos no había un auto conocimiento de las circunstancias que los rodeaba. Esto es algo que a menudo, las poblaciones menos beneficiadas, se culpaban entre ellas. Por la ignorancia de sí mismos, por no saber cómo resolver sus problemas, el mexicano culpaba o otros de su miseria. Ejemplo claro de ello, es el cortometraje “caridad” de Jorge Fons.
En México se crean los sindicatos de trabajadores. El peso se devalúa cuando México era el tercer sustento económico en el mundo. Como presidente se encontraba Luís Echeverría Álvarez, quien restauró la vida democrática y promovió la privatización. En este modelo político-social, se muestra una realidad violenta en donde se intenta juzgarse así mismo y en los demás para crearse como seres de conciencia y así poder lograr un cambio. Este aspecto es reconocido en muchos ámbitos, sin embargo, el hombre en sí cree que puede cambiar pero no lo hace realmente. Al igual que cualquier persona, en el siglo XX –sobre todo, en México- las personas se pueden dejar llevar por la frustración que sienten y no corregir las situaciones de una manera lógica.
Aquí se presenta una dualidad del hombre que probablemente no se pueda corregir, los impulsos y la lógica de los asuntos. Las personas tenemos esa tendencia de dejarnos llevar por el calor del movimiento, que al análisis de aquel movimiento, lo que nos lleva a catástrofes individuales o incluso afectando a los demás.la dualidad siempre está presente, no hay alguna cosa o situación que no tenga su contra, el caso es el siguiente: ¿Cómo podemos afrontar aquellas dualidades? ¿Cómo compensar a cada una dentro de la miserable vida de las poblaciones mexicanas? "La vida está dividida entre lo horrible y lo miserable." Aunque suena pesimista, es así, de esta manera; claro está que México ha logrado grandes cosas, pero también, se ha limitado ver atrás de esas grandes cosas, como a la familia misma y sus problemas internos.
El otro estereotipo del mexicano es: <>. El silogismo en este caso, se puede afrontar con rapidez, una manera rápida de estereotipar al individuo mexiquense. Por otra parte no deja la religión de acaparar la mente humana, dentro de una sociedad ignorante de sí misma, encontrará la solución de la manera divina –una utopía-.
Wenders nos muestra ambas realidades, el punto de vista humano y el punto de vista divino. Los humanos son similares a la descripción que hago anteriormente, mientras que los ángeles -representado a lo divino- dan muestras de su afecto hacia los mortales. Intentan hacer algo por ello, pero no pueden hacer mucho, ya que varios están psicológicamente maltratados por ellos mismos o por la sociedad en general. Por otro lado, el ser humano que quiere llegar a una verdad concreta, se cree incomprendido, por lo que torna ha hacerse un individuo solitario, además, individualista. Esto incluso puede provocar un rechazo hacia sus propios orígenes, adoptándose a una cultura que le es ajena. Pero todo es un proceso mental para comprender -en parte- los motivos de la vida.
Pero no solo el hombre trata problemas sobre si mismo, sino también en el aspecto científico, físico y matemático que se requiere estudiar en las escuelas –hasta el día de hoy- muchos de aquellos estudiantes se preguntaban sobre la utilidad de aquellas ciencias, lo que les llevó a dudar sobre los beneficios que proporcionaban. Algunos decían que la ciencia era la respuesta a todo problema de la naturaleza del hombre, otros que era una manera de simbolizar la estructura racional que tiene el ser humano, unos más opinaban que la ciencia debía ser el sustento de todo ser humano para resolver sus problemas existenciales. “¿Crees que la física cuántica es la respuesta? Porque... no sé, en el fondo, ¿de qué me sirve a mí que el tiempo y el espacio sean exactamente lo mismo?. En fin, si le pregunto a un tío qué hora es y me dice "6 kilómetros", ¿qué coño es eso?” Puede sonar gracioso, y mientras los cómicos se generaban este tipo de cuestionamientos, la gente no podía captar la crítica del comediante hasta volverlo a escuchar, ya que al mofarse de la sociedad, se mofan de sí mismos, de esta manera se crea la autoconciencia. Esta es una manera divertida y eficaz para darse cuenta de que el hombre puede ser absurdo en sus decisiones, llegar a la locura del XX (hippie) como cualquier joven –sin llegar a los alucinógenos- y de ante mano, contar con la virtud joven, que es el no conformismo. En el cine se aprecian circunstancias variadas que nos llevan a involucrarnos con lo que hacemos y mofarnos de nuestras desgracias. El arte enseña a enseñar, a comprender y a fascinar.
Dentro de la obra de Woody Allen “La ultima noche de Boris Grushenko” refleja al hombre del siglo XX quien intenta ocultar sus profundos miedos al fracaso dudando acerca de su existencia y las abundantes teorías filosóficas sobre lo existente. Dentro de la trama, la pregunta más buscada del personaje principal -que representa el ambiente joven- es: ¿qué hay después de la muerte? ¿Existe Dios? ¿Existe el infierno? Entre otras, dando como referencia, al origen de estas preguntas, a Freud, Nietzsche y Sócrates. Dentro de las conversaciones que nos presenta Woody Allen en la película ya mencionada, se encuentran personajes narcisistas, quienes se sobreestiman a si mismos y sin embargo, no logran su objetivo. Cuando el personaje principal obtiene lo que quiere –y esto es, el amor de su prima-, siente que le hace falta algo, algo que reafirme su existencia, el por qué de la vida misma.
El personaje principal, Boris Grushenko, representa en una pequeña parte a la corriente hippie que en el siglo XX surgió como subcultura americana, ya que pone en práctica una moral basada en el pacifismo, el amor y las experiencias de estados alterados de conciencia; que no justamente logra alcanzar con alucinógenos, sino con un estado psíquico o en determinados casos, neuróticos. Boris Grushenko rechaza el narcisismo, siendo él mismo un desorden con su personalidad, es así como lo personajes secundarios hacen de él víctima de sus propias desgracias. El papel que juega Boris dentro de la obra, es revelar la verdad, revelar los miedos que continuamente presentan los personajes que lo rodean.

Fuga

b. Jamás pensé estar en un lugar así.
a. No te creo.
b. no, en serio. No suelo ser de ese tipo de personas.
a. ¿hablas de mí? ¿O de los de allá dentro?
b. De quien más. Pues de ti
a. o sea que has estado allí dentro pero aquí afuera no. ¿Me equivoco?
b. no, me refiero a la situación, no he estado ni allí dentro, ni aquí fuera y mucho menos con esto.
a. No te pongas mamón, ¿ahora estas aquí no?
b. Bueno ya. ¿Y… cuanto pagarán?
a. suficiente
b. ¿Cuánto es suficiente?
a. Lo necesario
b. ¿Has hablado ya con ellos?
A. solo una vez y no hemos quedado bien. Pero nada de que preocuparse- duda- seguro que vendrán.
b. Que ruido hace allá adentro. ¿Quieres echar un vistazo?
a. No, es mejor quedarse aquí. Ellos pueden llegar y no vernos. Y si no nos ven, no hay varo; y si no hay varo, pues nos chingamos.
b. ¡hay! Vamos, solo una miradita.
Se asoman, B se asombra por lo que ve. Retrocede inmediatamente tirando de la mano a A.
B. No guey, mejor vámonos. La verdad es que no me agrada este lugar. – Se asoma nuevamente- no, vámonos.
A. ¿Por qué?
B. ¿Ya viste a los tipos? ¿Cuántos años no han de tener? Que asco.
A. ¿pues que pensabas, que eran niños los que vienen a este lugar?
B. obvio no, pero…
A. Entonces no te hagas pendejo. Ya estas aquí, ahora te chingas. Mira, para que veas que no soy malo, después del trato, nos echamos unas allá adentro. Ah, bueno, quizás encuentre algo para ti.
A se inclina dando señales de dolor. A los pies de A se encuentra un costal que se mueve suavemente. Del orificio salen unas manos que se aferran a la pierna de A. automáticamente A trata de zafarse de las manos, patea el costal y lo que hay dentro emite un ligero gemido. B contempla la escena hasta que decide calmar a A.
B. Basta, la vas a lastimar.
A. me vale madres. Pinche escuincle, vaya susto que me ha dado.
B. ¿y si nos lo pensamos mejor?
A. no seas puto, ya estamos aquí. A estas alturas no estamos para cobardías.
B. piénsalo, tan solo piénsalo. Guey no nos han visto nadie. Podemos salir sin problemas
A. ¿y que hacemos con ella?
B. devolverla
A. ¿Devolverla? Este pendejo… nos están buscando, no seas bruto, en cualquier momento nos pueden meter al bote y todo por tus pinches ideas… mejor ponle otra dosis, que ya se le esta pasando el efecto. Y ponte una tú, para calmar tus nervios. Además, necesito el dinero.
B. buscare otra forma de conseguirlo. Podemos… no sé, algo se nos ocurrirá después.
A. ¿Quieres volver a las calles? Yo no. Seguiré con esto hasta el final.
A al ver que B no hizo lo que pidió, se inclina al costal sacando una jeringa. Hace salir el brazo y lo aplica.
A. ¿te dije que no me dolió verdad?
B. ¿a que te refieres?
A. Supongo que a ella tampoco, y si sale herida ha de acostumbrarse, porque de eso vivirá, de las heridas. De la agonía. De la injusticia. De las malformaciones del mundo.
b. tiene ocho años. ¿Sabes que sucederá después?
A. y eso qué, yo tenía nueve. Y eso que soy hombre, supongo que una mujer lo ha de tener fácil. Me han dicho que entre más dolor, más placer hay.
B. Estas loco.
A. un poco si… no, espera, un loco no acepta que está loco. ¿Verdad? Eso prueba que en realidad no estoy enfermo, sino que solo me dejo llevar por impulsos, y esos impulsos vienen de mis necesidades. Esto es muy visto, no es cosa de locos. ¿Comprendes?
B lo contempla por un instante, dice algo entre dientes, toma el costal y se lo lleva a rastras. A lo detiene con un golpe en la cabeza.
A. Que haces pendejo.
B. Me la llevo, ¿no ves?
A. Si te la llevas ya valiste. Te juro que te atrapan en el camino. ¿No puedes esperar otros cinco minutos y ya?
a. Esto no durará cinco minutos, sino toda su vida, y la mía también. Tú eres el que no comprendes.
B toma nuevamente el costal e intenta llevárselo. A saca una navaja y la clava en la espalda de B. éste cae. Se oyen las sirenas policiacas. A intenta ayudar a B. las sirenas se oyen más cerca, en la pared, se dibujan las luces roja y azul. A deja caer a B y sale de escena.

Colectividad e individualismo.

El hombre requiere de ciertos momentos específicos para reencontrarse, ver su interior y formar parte nuevamente de él, puesto que ocurre constantemente que el hombre sea alejado de sus reflexiones por la sociedad o su inquietud ante ello. El individuo va en busca de respuestas relacionadas con él mismo y con el exterior. Acto seguido, se incluye con los demás para interactuar con las personas alrededor y comprender aun más el valor moral y ético que cada uno tiene.
En estas situaciones suelen presentarse a manera de dos entidades el hombre y un grupo de ellos. Es decir, el individualismo y el colectivismo. “El individualismo no ve al hombre más que en relación consigo mismo , pero el colectivismo no ve al hombre, no ve más que a la sociedad” El primer paradigma, el individualismo, marca que el individuo busca la realidad tal cual es de sí mismo, como persona. Llega incluso a ser egoísta, puesto que solo piensa en su ser. Uno de los rasgos del individualismo es que no puede llegar a un conocimiento pleno del hombre, no de él, sino de los demás. El segundo paradigma, el colectivismo busca agrupar al individuo con ideales en común, incapaces de tener decisiones por sí mismos, personas que desean ser iguales por una masa compacta. El individuo que forma parte del colectivismo, puede engañarse fácilmente y recurrir a infiltrar su responsabilidad a la agrupación, a la sociedad, pero no a él mismo. Por tanto ambos paradigmas, son radicales.
Por otro lado, el individualismo acepta la soledad en que se encuentra, situación que le permite estar consigo mismo, pero no con los demás. Marca su individualidad, cuando esto falla, el humano se vuelve hacia el colectivismo, puesto que no soporta la idea o situación de sentirse o estar solo, por tanto, recurre a la multitud guiada por un líder, ya sean las normas o incluso una persona con alto rango de poder. Al integrarse a la misma, se permite abandonar aquellas responsabilidades que el individualismo proporciona y limita su imaginación o creatividad, ya que la masa debe proponer cuestiones factibles para todos.
Un ejemplo del colectivismo son las imágenes representadas en la película “Metrópolis”, en ella se muestran las dos sociedades, una la de los trabajadores y la otra del intelectualismo. Por una parte la sociedad subterránea que está aferrado a trabajar para conseguir el bienestar en el hogar, por conservar su casa, ya que un robot simbolizando la cabeza de la metrópolis, amenazaba con destruir su hogar. El director marca con precisión, las acciones cotidianas del ser humano, lo que debe hacer el trabajador y en que momento. Por otro lado, en la sociedad intelectual, en la que buscan sus beneficios sin importarles los sacrificios, estudian los medios de obtener provechosas cosechas mercantiles para sí mismos, son egoístas.
Por otra parte, cabe mencionar que las “Es reprimido el afán de conocerse así mismo, pero la situación efectiva opera incoercible en el fondo y obra secretamente una cruel potencialidad que se pondrá de manifiesto el día que se disipe la ilusión”
El colectivismo manifiesta una ilusión que puede ser manipuladora, cuando esta ilusión es descubierta, cuando se desnuda, el hombre despierta y ve la realidad que aconteció en su exterior y puede ver más allá de su propio “yo” . Es decir, es liberado de sus cánones y limitaciones de su actuar y pensar. Esto equivale a un reconocimiento mutuo entre hombre y hombre, donde por una parte, uno es liberado de su soledad, es totalmente renovado, y por otra parte, se reconoce así mismo, encuentra su valor humano o valor hacia el otro.
Ejemplo claro de ello, está en la famosa novela de Daniel Defoe, “Las aventuras de Robinson Crusoe” que al ser el único sobreviviente en una devastadora tormenta, llega casi sin vida a una isla cuyos terrenos no han sido pisados por algún otro humano. Robinson experimenta la soledad para encontrarse consigo mismo, reflexionar acerca de las consecuencias que ha traído el desobedecer a esa masa compacta que es la sociedad. Robinson acepta su soledad, acepta la responsabilidad y encamina su lucha por la supervivencia, demostrando que a través de los demás, de la colectividad, aprendió a ser autónomo y valerse por sí mismo. Cuando su vida en la isla la ha hecho una rutina y su individualidad se torna a planos muy estrictos, es decir, con cierto grado de espiritualidad en lo que hace, descubre huellas humanas, que lo limitan a laborar con más confianza sobre su isla; hay más temor para salir de su refugio y cazar con pólvora. Esta incertidumbre que se crea, refleja los constantes disturbios entre los antagonistas: individual y colectivo. Sin embargo, Crusoe hace una lucha interna por enfrentar a la colectividad que ahora habitan en la isla, pero es por lo mismo, porque ya ha visto la problemática de su carácter y sus objetivos en su vida, por tanto, puede decidir volver a ser independiente, individual y solitario, o entrar con la multitud de gente siguiendo una misma línea de acción.
Por lo anterior, ¿cual de estos dos paradigmas es el mejor para el hombre? Esta es la situación, el hombre sólo ha observado estas dos opciones y fija su mirada en una de ellas. Sin embargo, aquel que ha observado detenidamente y no se adhiere a ninguna de ellas se revela ante esta imagen deformada del individualismo y para la imagen oculta del colectivismo crea la alternativa “genuina”, el “entre”.
“Lo que singulariza al mundo humano es, por encima de todo, que en él ocurre entre ser y ser algo que no encuentra por ningún otro rincón de la naturaleza” Cuando el hombre se encuentra dentro de una masa social y se abre al mundo que lo rodea, descubre que está dentro del colectivismo, sin embargo no se adapta a ella y cuando se forma al individualismo se da cuenta que no puede estar solo ni asumir sus responsabilidades. Este individuo se encuentra en la esfera “entre”, en la alternativa “genuina”.

domingo, 7 de marzo de 2010